Las especias, ingredientes globales

epecias

Pimienta, cominos, clavo, mostaza, cúrcuma, anís, canela, vainilla, cayena, azafrán… Que no acabas nunca, mejor mirar una enciclopedia.

En resumidas cuentas son condimentos, aromas de origen vegetal que debido a sus propiedades hacen que los alimentos cocinados con ellas sean gustosos y sabrosos y «únicos» dada la infinidad de combinaciones. ¿Imaginas una tabla de combinaciones aromáticas para cada alimento? Imagina solo la lista de alimentos… Infinito. Un universo de probabilidades dentro del cual hemos hecho a lo largo de la historia de toda la humanidad unos cuantos experimentos que nos han salido bien, o muy bien, y a los que hemos encumbrado con etiquetas como «lo mejor de nuestra gastronomía» (dentro de cada país y región). Formulamos, encontramos y  transmitimos de generación en generación y uno ya se plantea si come por costumbre, por placer o por imposición ciertas cosas.

¿Son las mejores, son únicas? Puede. Como dicen muchos defensores de su «patrimonio» gastronómico en vez de investigar que, por ejemplo, el sagrado arroz con leche de tu abuela, ese al que tan alegremente ensalzamos como orgullo de la nación castiza, lleva canela, si, y de hecho, atent@ a esto ¿Eh?  la Canela, el árbol original de la canela, si, viene… De Sri Lanka, si, de la república democrática socialista de Sri Lanka. Que está exactamente aquí, mira:

sri lanka

Y como diría Mariano: ¿Y el arroz?

Pues como no es un aroma hoy no toca hablar del arroz, pero seguro que lo haré en cuanto me ponga a estudiar la manera de hacer un video fácil de entender, rápido de ver y que te haga comerte por los ojos la paella que pienso preparar.

Las especias, esos aromas que descargan en tu mente una impronta que reconoces a lo largo de tu vida y que te transporta al origen de tus sentidos. Qué sería de muchos alimentos de carácter insípido sin su magia, qué sería de muchos alimentos que sin ellas no se nos ocurriría consumir. Porque una de las aportaciones más enormes fue la de enmascarar (cuando no disponíamos de las ventajas de la tecnología refrigeradora) los aromas fétidos de la podredumbre, y por ende, tradición y gracia de nuestra condición humana seguimos poniendo limón a la paella. Aunque ésta ya no contenga pescado en dudosas condiciones, que para eso era. Pero, oye, que está muy buena cuando exprimes sobre ella todo el aroma del limón.

Ya existió hace muchos siglos una globalización de las especias, y así, como humanidad, podemos disfrutar en «diferentes» culturas de cosas tan pequeñas que nos aportan tanto sentido, que nos enlazan a todos en la misma corriente transfronteriza.

Un saludo, y gracias por tu visita.

Manuel Crespo.

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Un comentario Agrega el tuyo

  1. Curioso el tema de las especias, yo la verdad es que utilizo muy poco, la comida que preparo es tan sencilla que no sé sobre esto mayor cosa, salvo que mi hija cuando cocina en casa trae su propio kit de especias para aliñar todo… Tendré que aprender 🙂

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